Hebreos 7
El Sacerdocio de Melquisedec
El predicador vuelve ahora al tema de Melquisedec, que había dicho que no podían entender (5:10-11). Con gran extensión de palabras, el predicador presenta a Jesús como "el mejor" y "superior" a cualquier otro sacerdote.
Un Rey Sacerdote (1-3)
Melquisedec es un personaje que aparece misteriosamente en Génesis 14. Aunque fue una persona real, un auténtico sacerdote temeroso de Dios de la antigua Jerusalén, el predicador va a utilizar su aparición poética en la historia y su posterior papel en los Salmos como metáfora del sacerdocio de Jesucristo. En primer lugar, lo va a revelar como un rey y un sacerdote al que Abraham diezmó, y luego nos da el significado de su nombre, "rey de la justicia y la paz" (1-2). También enumera las características que lo hacen misterioso, al igual que Cristo es tan misterioso para nosotros (3).
Un sacerdote que recibe el diezmo (4-10)
El predicador da cuenta de cómo Jesús recibe los diezmos ahora, en lugar del sacerdocio levítico, porque un cambio en los pactos se demuestra en un cambio de quién recibe los diezmos. Él usa a Melquisedec como un ejemplo del mayor sacerdocio al notar que el diezmo de Abraham fue dado a Melquisedec (4), pero además nota que los nietos de Abraham (la tribu de Leví) estaban en los lomos de Abraham (10-11), dando el diezmo a través de Abraham (5). Si bien a Leví se le ordenó recibir el diezmo, se entendería que cuando llegara el sacerdote mayor, Melquisedec sería, a partir de ese momento, el sacerdocio mayor, por lo que el inferior bendeciría naturalmente al superior (6-7). Tanto Melquisedec como Jesús eran superiores porque sus vidas eran interminables; la vida de Leví era inferior por ser mortal (8).
Un sacerdote inmortal (11-28)
El predicador resume esta parte de su caso: el sacerdocio levítico no podía llevar a la humanidad a su destino (11)—se necesitaba otro—y con otro sacerdocio venía una nueva ley (12). Este otro Sacerdote no descendía por la línea de sangre de Leví, sino que descendía de Judá (13); tampoco este Sacerdote se estableció sobre la base de requisitos legales, sino que su Sacerdocio se estableció sobre la base de una vida indestructible (14-17). El primero fue dejado de lado como débil, pues no podía hacer que los humanos alcanzaran la meta que Dios tenía en mente ("perfecta"), pero el mejor sacerdocio sí podía (18-19).
El predicador observa que el antiguo sacerdocio inferior se estableció sin juramento, pero Melquisedec vino con un juramento, lo que convierte a Jesús en el Garante de un pacto mejor (20-22). El antiguo sacerdocio murió; el nuevo sacerdocio vive para siempre para salvar e interceder (23-25). El antiguo sacerdocio era mortal y diaria y personalmente pecador, necesitado de perdón; Jesús, el Sacerdote superior de una alianza superior, era inmaculado, separado y exaltado, e hizo de una sola ofrenda lo que nunca podría hacerse con muchas ofrendas. Su sacerdocio está establecido por un juramento eterno, y nunca dejará de ser el cumplimiento de todo lo que Dios quiere que sea ("perfecto"), pues no procede de la ley, sino que es el Hijo del juramento de Dios (26-28).
Proverbios 23:22-35
Hasta ahora el padre ha apelado a sus hijos para que lo escuchen (22:17-21) y ha enumerado las cosas que deben evitarse (22:22-28). Ahora centra su atención en darles a sus hijos instrucción sobre cómo avanzar en la vida.
Primero, alienta el dominio de la etiqueta (1-3).
Segundo, anima a su hijo a no ser adicto a la riqueza (4-7).
Tercero, desanima la idea de hacer amigos íntimos del tacaño y el necio.
Cuarto, anima a sus hijos a no quitar los antiguos límites establecidos por Yahveh, cuando heredaron la tierra (10-11).
Quinto, deja claro que discipular a los niños es esencial para el avance de la vida (12-16).
Sexto, anima a su hijo a lidiar con la envidia con una buena dosis del temor de Dios (17-18).
Ahora se vuelve al tema de los vicios que hay que evitar (19-35).
Los primeros en su lista son el jolgorio y la embriaguez (19-21).
El segundo en su lista es la tentación de deshonrar a los padres (22-26).
Tercero, advierte contra la mala conducta sexual (27-28).
El escritor de esta porción de Proverbios concluye con una fuerte advertencia contra la embriaguez, explicando en detalle las amargas consecuencias (29-35).